CRECIENDO EN FAMILIA

CRECIENDO EN  FAMILIA





AUTONOMIA E INDEPENDENCIA
Seguro que puedes ver cómo tu hijo domina nuevas habilidades día tras día, siendo cada vez más autónomo. En desarrollo de los niños se puede ver cómo avanzan desde sus primeras conquistas, como sentarse, hablar o andar...hasta que van creciendo y dominando acciones cada vez más complejas, como lavarse los dientes, manejar los cubiertos o escribir. Para que los niños puedan alcanzar la autonomía acorde a su edad y habilidades la estimulación es una de las áreas clave en la que los padres podemos contribuir con sencillos y divertidos ejercicios. El desarrollo de la autonomía es prioritario en la educación de los niños. Gracias a la mejora de su autonomía, el niño será capaz de realizar por sí mismo y sin la ayuda de los demás aquellas tareas que son propias de su edad. El hábito de autonomía en los niños les permitirá ser independientes y les dotará de la iniciativa necesaria para progresar en su aprendizaje y manejarse satisfactoriamente en sus relaciones con los demás.

El aprendizaje de la autonomía en los niños
Fomentar la autonomía en los niños
El aprendizaje de la autonomía depende de dos factores:
- El ritmo madurativo del niño, ya que no todos los niños se van desarrollando de la misma manera ni al mismo compás.
- La educación recibida de sus padres. Siendo este el factor más importante y un componente que se puede controlar.

Es importante que los niños hagan de manera independiente el mayor número de actividades que puedan realizar solos y no conlleven peligro. Estas tareas se engloban en hábitos de autonomía que son fundamentales en su educación:
- Vestirse. El niño debe aprender a vestirse y desvestirse solo, elegir qué ponerse, cuidar sus pertenencias, etc.
- Vida social. En lo referente a las relaciones sociales existen pequeñas tareas que el niño puede ir realizando en la búsqueda de su independencia. Hábitos como saber esperar su turno, pedir las cosas por favor, saber escuchar, saludar a los conocidos, etc.
- Higiene. Ya desde muy pequeños aprender a controlar esfínteres. Es cuando deja el pañal el momento clave donde el niño se ve independiente. Todas las actividades referidas a la higiene personal son importantes, desde el cepillado de dientes, lavarse las manos, etc.
- Comer. Saber usar los cubiertos, comer solos, respetar las normas sentados a la mesa, son actividades que el niño debe aprender y realizar con independencia a medida que avance en su desarrollo.
Consejos para fomentar la autonomía en los niños
Conseguir que el niño sea autónomo es un proceso en donde los padres deben ser un apoyo y una guía. Y en el que los niños han de sentirse seguros para aprender a tomar decisiones. Para facilitar este proceso os dejamos unos consejos:
- Evitar acelerar el ritmo en el desarrollo de la autonomía queriendo que lo haga todo “él solito” lo más pronto posible. Es contraproducente exigir al niño hacer cosas sin que haya alcanzado el grado de madurez adecuado para realizar las tareas que se le piden.
- Evitar hacer todo por ellos. En el otro extremo podemos encontrar a padres sobreprotectores que no dejan intentar hacer tareas a los niños para las que están ya preparados. No les dan margen para equivocarse ni aprender de sus propios errores. En conclusión, se debe aceptar la necesidad de independencia del niño aceptando que el niño ha crecido y darle su propio espacio.
- Ser comunicativos. Hablar con los niños desde el respeto y la empatía es fundamental para enseñarles a ser autónomos. Gracias a ello el niño tendrá la confianza necesaria con el adulto para manifestar su deseo de hacer las cosas por sí mismo utilizando tanto el lenguaje verbal como el gestual.
- Dar seguridad al niño a través del establecimiento de límites y normas. Si el niño convive con unos límites claros y lógicos le dará la seguridad necesaria para actuar por sí mismo.
- Apoyar sus logros. El niños debe sentir el apoyo y el interés de los adultos de su entorno a medida que van evolucionando sus capacidades y va realizando con éxito tareas de manera independiente.
- Valorar su esfuerzo. Cuando el niño cometa errores y no avance los adultos deben enseñar a los pequeños a tolerar su frustración y enseñarles que a través del esfuerzo y los fallos se aprende mejor.

- Ofrecer escenarios donde pueda practicar. Ir dándole tareas sencillas de la vida cotidiana que el niño pueda realizar solo recordando los pasos que tiene que hacer e ir disminuyendo esta ayuda a medida que el niño no la necesite. https://www.guiainfantil.com/educacion/autonomia/ 

Hoy quiero compartirles unos link sobre pautas de crianza desde la unicef 
http://files.unicef.org/uruguay/spanish/guia_crianza.pdf://


El otro link es una guía de padres 
https://guiadepadres.wordpress.com/2015/06/17/estrategias-y-juegos-para-seguir-indicaciones/

















“ABRAZOS, EL ALIENTO EMOCIONAL INDISPENSABLE PARA LOS NIÑOS”
Desde los primeros días de nacido, los niños necesitan sentir la cercanía y el amor de sus padres. Los abrazos son una forma de estrechar ese vínculo emocional, a la vez que les hacen sentirse más seguros y protegidos. El simple hecho de estrecharlos entre los brazos puede calmarles cuando están llorando, aliviar el malestar si están enfermos y ayudarles a liberar sus miedos y ansiedades.
¿Qué sucede cuando abrazamos a los niños?
Los abrazos no solo tienen un componente emocional sino también fisiológico. Cuando abrazamos a los niños se activan los corpúsculos de Pacini, unos receptores de presión que se localizan en su piel y que se comunican directamente con el nervio vago. En ese momento, el contacto físico les hace sentir bien ya que este nervio, que se conecta a su vez con las fibras nerviosas que terminan en los pares craneales, participa en la regulación de muchas de las funciones clave del organismo, como la frecuencia cardiaca y la presión sanguínea. Los abrazos también estimulan la producción de dopamina a nivel cerebral, un neurotransmisor conocido como la hormona del placer que, en altas concentraciones, genera una sensación de satisfacción agradable capaz de reducir la tensión y el estrés. Asimismo, incrementan la producción de oxitocina, más conocida como la hormona del amor, la cual permite estrechar el vínculo emocional entre padres e hijos, a la vez que fortalece la confianza entre ambos.
Tres beneficios de abrazar a los niños
1. Fortalece su autoestima
La Organización Mundial de la Salud reconoce que los abrazos son una buena estrategia para fortalecer el vínculo afectivo con los más pequeños de casa y estimular su desarrollo emocional. De hecho, numerosos estudios han encontrado que el contacto físico durante los primeros meses de vida es fundamental para la formación del carácter, a la vez que influye en el desarrollo de la personalidad y sobre todo, en la consolidación de la autoestima y la autovaloración.
2. Contribuye a la formación de su imagen corporal
Los abrazos también contribuyen a la formación de la imagen corporal en los niños. Según una investigación realizada en el University College of London, esto se debe a que los abrazos proporcionan sensaciones táctiles que a su vez, generan una serie de señales propioceptivas a nivel cerebral, las cuales no solo crean vivencias agradables sino que también les ayuda a descubrir su cuerpo y a consolidar la imagen corporal que ya se han formado.

Beneficios abrazos niños
3. Les ayuda a relajarse
Se ha demostrado que los abrazos tienen un enorme efecto relajante y tranquilizador que ayuda a paliar el llanto y reconforta a los niños. La explicación llega de la mano de un estudio realizado en el Advanced Telecommunications Research Institute International, en Kioto, en el que se encontró que los abrazos reducen de forma considerable los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Ello explica por qué abrazar a los pequeños les ayuda además a aliviar el dolor y a conciliar el sueño más rápido.
¿Cuántos abrazos diarios necesitan los niños?

Virginia Satir, una psicoterapeuta familiar, afirma: “Necesitamos 4 abrazos al día para sobrevivir, 8 abrazos para mantenernos y 12 abrazos para crecer”. De esta manera, los niños necesitarían una media de 12 abrazos por día para crecer de forma saludable. Sin embargo, es importante tener en cuenta que se trata solo de una cifra aproximada, en realidad la cantidad de abrazos diarios que les damos a nuestros hijos no debería estar condicionada por un número en particular. Los abrazos son una forma particularmente cercana de demostrarles a los niños nuestro cariño y amor hacia ellos, por lo que cuantas más veces les abracemos más estrecho será ese vínculo emocional. Puede que haya días en los que no les demos exactamente 8 o 12 abrazos, pero habrá otras ocasiones en las que quizá sobrepasemos esa cifra. Lo más importante no es la cantidad de abrazos en sí, sino el hecho de asegurarnos que reciban una dosis cotidiana de abrazos que les haga sentirse seguros y queridos.



CONTROLANDO ESFINTERES 

https://www.guiainfantil.com/1198/el-control-de-esfinteres---tv-para-padres.html

https://www.bebesymas.com/consejos/diez-consejos-para-ayudar-a-los-ninos-a-controlar-los-esfinteres-y-dejar-el-panal  


"SÍNTOMAS DEL HIJO DICTADOR"
Los síntomas del “hijo dictador” Reglas para frenar este comportamiento
BY ACRBIO · 4 FEBRERO, 2019

 CÓMO actuar con  un NIÑO Dictador  “SÍNDROME DEL EMPERADOR”
En psicología Síndrome del Emperador, se atribuye aquellos niños que escogen qué comida hay que cocinar, dónde hay que viajar, o simplemente qué cadena de televisión hay que ver. etc.

Estos niños para conseguir sus propósitos no dudan en gritar amenazar e incluso agredir física y psicológicamente a sus padres. Presenta un nivel empático subdesarrollado y no son capaces de experimentar sentimientos como el amor, la culpa, el perdón, o la compasión

Falta de límites. Derivado muy a menudo de la primera causa, si los padres no dedican suficiente tiempo a la crianza delegando en terceras personas, tampoco tendrán tiempo para educar a su hijo en normas de conducta, con lo cual el rey de la casa sentirá que tiene total impunidad. El psicólogo Javier Urra asegura que ningún niño nace siendo un tirano, sino que hay progenitores que no actúan como adultos educadores, ya que “hacen todo tipo de concesiones para no tener problemas y al final lo que generan es un problema”.

Por su parte El juez de menores Emilio Calatayud, muy conocido por sus aleccionadoras sentencias a jóvenes conflictivos, resumía así esta complicada situación en una entrevista publicada en EL PAÍS en 2006: “Les hemos dado muchos derechos, pero no les hemos trasladado deberes. Hemos perdido el principio de autoridad. ¡Hemos querido ser amigos de nuestros hijos!”.

Reglas básicas para frenar comportamientos dictadores o tiranos

Si los padres han llegado al punto límite con sus hijos tiranos pueden –y deben– pedir ayuda externa. Primera visita: el pediatra, que les ofrecerá pautas y consejos sobre cómo actuar. Algunos niños –y sus padres– necesitan además psicoterapia dependiendo de los síntomas y de su edad. Si se trata de preadolescentes o adolescentes y ya se han vuelto agresivos, el problema es más serio y la terapia, más larga.

Además, se pueden fijar las siguientes reglas para atajar comportamientos tiránicos:

Ambos progenitores deben estar de acuerdo en cómo quieren educar a sus hijos, en cuál va a ser su modelo educativo y actuar ante él sin fisuras, porque si las hay, el niño se aprovechará enseguida de ellas.
Los padres deben ser capaces de admitir que su hijo es un tirano y no buscarle atenuantes.
Rutina, rutina y más rutina. El día a día del niño debe estar pautado: horas fijas para comer, para acostarse, para hacer los deberes. También debe tener una serie de obligaciones en casa –hacer la cama, poner y quitar la mesa, etcétera– de las que no se puede escabullir. Y normas muy claras sobre su tiempo de ocio.
Nada de amenazas. Las amenazas transmiten inseguridad al niño y sólo logran aumentar su tendencia a la negación.
No se trata de prohibirlo todo después de haberle dejado hacerlo todo. Una vez dicho una cosa, no hay que retractarse, así que más vale pensar con calma antes de hablar y actuar.
No hay que ponerse a la altura del niño: si grita, patalea y monta una escenita, hay que respirar y contenerse. Nada de chillidos, sofocones o tortazos, mejor esperar a que se calme sin hacerle el más mínimo caso.
No sirve de nada argumentar sin fin, el niño tirano no está acostumbrado a las palabras. En vez de discutir, hay que recordarle cuáles son las reglas que hemos fijado y su deber de respetarlas.
Tampoco sirve pedirle que se ponga en tu lugar: justamente una de sus características es su falta de empatía.
Recordar que los milagros no existen y la educación es una carrera de fondo: puede que no haya resultados inmediatos, pero, según va creciendo, el niño logrará interiorizar nuestras enseñanzas.

Fuente: https://www.webconsultas.com

MENSAJES PARA REFLEXIONAR






“NIÑOS AUTÓNOMOS E INDEPENDIENTES”

El desarrollo de la autonomía personal es un objetivo prioritario en la educación de un niño. Un niño autónomo es aquel que es capaz de realizar por sí mismo aquellas tareas y actividades propias de los niños de su edad y de su entorno socio cultural.
- Un niño poco autónomo es un niño dependiente, que requiere ayuda continua, con poca iniciativa, de alguna manera sobre protegido.
- Los niños con pocos hábitos de autonomía, generalmente presentan problemas de aprendizaje y de relación con los demás. De ahí la importancia de su desarrollo: normalmente cuando progresan en este aspecto, también lo hacen en su aprendizaje y relación con los demás.
¿QUÉ HÁBITOS ENSEÑAR?
Como norma general todo aquello que el niño pueda hacer solo, siempre que no entrañe peligro, debe hacerlo él mismo.
También es válido como criterio enseñar aquellos hábitos que tienen adquiridos la mayoría de niños de una edad.
Como guía, pueden servir los siguientes hábitos que están expuestos de menos a más en distintas áreas:
HIGIENE: Todo lo referido a la higiene y autocuidado personal: por ejemplo: control de esfínteres, lavarse las manos sólo, cepillado de dientes, el baño, lavarse la cabeza, peinarse, usar los productos de higiene...
VESTIDO: Todo lo que se refiere al uso de las prendas y su cuidado: ponerse distintas prendas (pantalones, calcetines, abrigos, zapatos, cremalleras, botones...), guardarlas en el lugar adecuado, elegir la propia indumentaria.
COMIDA: Relacionado con la conducta alimentaria: Comer solo, uso de los distintos instrumentos, respetar unas normas básicas de educación en la mesa, prepararse una merienda...
VIDA EN SOCIEDAD Y EN EL HOGAR: Son hábitos referentes a la relación con los demás, el uso de algunos servicios comunitarios y la conducta en el hogar: van desde saludar a la gente conocida, escuchar, pedir por favor y dar las gracias; respetar turnos en juegos, pedir prestado, conocer los lugares para cruzar la calle, evitar peligros (enchufes, productos tóxicos), ordenar sus pertenencias, usar el teléfono, comprar, usar el transporte público o disfrutar de servicios de ocio (ir al cine).

¿CÓMO SE ENSEÑA?
Unos consejos básicos para fomentar la autonomía en los pequeños serían:
•    Ofrecerles alternativas en sus elecciones lo que incentiva la toma de decisiones y la aceptación de las consecuencias de sus actos.
•    Presentarles nuevos retos que supongan un incremento en la dificultad y valorar el esfuerzo que realizan al enfrentarse a ellos: dejarles hacer cosas sólos. La etapa del “yo sólo” por la que pasan los niños puede ser muy estresante para los padres pero es fundamental para el correcto desarrollo de los niños y debemos ayudarles pero no impedirles que desarrollen actividades por sí mismos.
•    Respetar su privacidad.
•    Estimular su razonamiento, no ser los primeros en ofrecer respuestas a sus preguntas fomentará su capacidad de llegar por si mismos a soluciones.
•    No desanimarles, evitar caer en la tentación de protegerles de posibles fracasos.
•    Evitar que dependan exclusivamente de nosotros para resolver los problemas. Recordarles que hay numerosas fuentes de consulta que pueden utilizar para hallar respuestas y fomentar su pensamiento crítico.
•    Aprovechando los momentos relajados en familia
•    Reforzando sus logros y esfuerzos
•    Explicando paso a paso
•    El juego como herramienta de aprendizaje
PRIMEROS PASOS EN EL DESARROLLO DE LA AUTONOMÍA
Higiene personal: ir solo al baño, lavarse, cepillarse los dientes, ducharse y dejar el cuarto de baño recogido.
Vestirse: Preparar y recoger la ropa.
Comer de todo y sin ayuda.
Acostarse a la hora convenida en su cama.
Juego: disfrutar jugando solo y compartiendo su juego con otros niños y niñas.
Mantener ordenado su cuarto: juguetes, cuentos, ropa.

Actividades de autonomía en la niñez (6-12 años):
Organizar su tiempo: tareas cotidianas, tiempo de estudio y tiempo libre.
Organizar su espacio personal: su cuarto, elegir su ropa.
Otros espacios: otras casas, la calle y el centro escolar.
Rutinas compartidas: “El encargado de …” la lista de la compra, regar las plantas, las mascotas, poner la mesa…
La mayoría de los niños funcionan muy bien con rutinas, luego lo ideal será conseguir que esos hábitos se conviertan en rutinarios.
Con una práctica adecuada, los hábitos se adquieren de 20 a 30 días.







"DISCIPLINA POSITIVA" 


Como punto extra poner a los papás que el despacho de la primera dama de edellín tienen como pilar la formación de las familias.  En pro de esto crearon unos espacios especiales de fácil acceso como: pagina de facebook llamada tejiendo hogares en la cual todos los miércoles a las 8:30 pm tienen facebook live entorno a disciplina positiva y crecimiento familiar.  El programa paso a paso tiene contenido especial sobre estos temas y en minuto 30 hay una pestaña en la cual se montan todos los contenidos de tips de tejiendo hogares, A demás va a salir un curso virtual dictado por tejiendo hogares sobre disciplina positiva súper interesante deben estar pendientes en la pagina de tejiendo hogares porque es con inscripción previa.






Tipos de padres para que para la vida?
 los invitemos a un ejercicio de análisis
¿Qué tipo de padre soy?
¿Cómo puedo mejorar?
¿Qué debo corregir?
¿Estoy aportando para que mi hijo tenga habilidades?




"BESAR A LOS NIÑOS EN LA BOCA: DESCUBRE LA OPINIÓN DE LOS EXPERTOS"

Besar en la boca a los niños
Está claro que un beso es un acto profundamente personal y puede tener múltiples interpretaciones dependiendo del contexto. Cuando hablamos de los hijos, también se nos plantean otras cuestiones. Si somos partidarios, ¿cuándo debemos de dejar de besar a los niños en la boca? ¿Se trata de un comportamiento que debería restringirse al ámbito privado?
Besos en la boca, ¿pueden ser un riesgo?
Muchos médicos y pediatras también han alertado de los riesgos de besar a los niños en la boca, aunque por motivos que nada tienen que ver con la ética o la moral. Cuando besamos a alguien, ciertamente olvidamos la ingente cantidad de gérmenes y bacterias que podemos transmitir a través de la saliva. El sistema inmunológico del bebé aún es débil y podemos contagiarle infecciones o virus, desde un simple resfriado a otras más graves como un herpes labial. Por eso, como norma general, recomiendan no besar a niños menores de tres meses.
Asociaciones como la Sociedad Española de Odontopediatría alertan de que besar en la boca a los niños aumenta el riesgo de caries. El bebé nace con la boca estéril. La saliva de los padres es uno de los principales transmisores de gérmenes para el bebé, aunque la mayor parte de las veces no seamos conscientes de ello. Este riesgo no ocurre sólo con los besos. También está presente en comportamientos tan habituales como limpiar con la saliva un chupete, la tetina del biberón o cualquier utensilio con el que se le vaya a dar alimentos.
Interpretaciones psicológicas del beso infantil

Una de las detractoras más acérrimas y conocidas del beso infantil en la boca es la psicopedagoga Charlotte Reznick, profesora en la Universidad de California. Según Reznick, besar en la boca a los niños puede confundirlos y derivar en problemas si estos niños imitan este comportamiento con otros niños de su edad. Otros psicólogos destacan algo de suma importancia para los padres: estos besos satisfacen una necesidad de los padres, no son una respuesta a una demanda del niño. Si comienzas a besar a tus hijos en la boca cuando son pequeños, ¿cuándo debes detenerte? El despertar de la conciencia sexual del niño suele situarse entre los cuatro y los seis años. Existen psicólogos que opinan que, llevado hasta el extremo, un niño que besara en la boca a un compañero podría estar cometiendo un acto de acoso sexual. Como en muchos casos, todo depende de las connotaciones que, con nuestros ojos adultos, estamos otorgando a ese beso. Éste el fondo del debate abierto por las imágenes de famosos en redes sociales. ¿Puede el niño percibir una connotación sexual en ese comportamiento? La doctora Fiona Martin, del Centro de Psicología Infantil de Sydney, considera al beso como una forma de comunicación del afecto a los hijos, totalmente normal y saludable. La doctora señala también que no existen estudios científicos que demuestren que estos besos tengan efectos negativos en el desarrollo emocional del niño. https://www.somosmamas.com.ar/maternidad/besos-en-la-boca-a-bebes/ 



"LA IMPORTANCIA DE ESTABLECER NORMAS CLARAS EN LOS NIÑOS"

Todos los padres desean que sus pequeños se porten bien y que sean un ejemplo de comportamiento en el cole, el médico o con la familia. Pero para que esto se cumpla es necesario establecer una serie de normas coherentes, basadas en el respeto y la comprensión, que los niños deben aprender. Para que los más pequeños se conviertan en personas sociables, autónomas y tolerantes y sepan desenvolverse de manera correcta en su entorno social, es fundamental que desde pequeños los padres establezcan una serie de límites y que ejerzan de guías en su comportamiento. Los padres no van a poder estar toda la vida detrás de sus hijos para que actúen de manera adecuada, así, el primer objetivo de las normas es dar al niño capacidades de autorregulación para que sepa desenvolverse según se vaya haciendo mayor. Poner límites implica recalcar una serie de referencias durante el desarrollo de los niños que les ayudarán y orientarán en su crecimiento como personas. Para que esos límites no se sobrepasen, debe haber una autoridad guiando que en este caso serán los padres. Esta autoridad suele perderse cuando los progenitores intentan convencer su hijo de lo que debe o no debe hacer desde una posición de amigo, algo que casi nunca suele funcionar y que cada vez dificultará más la tarea de imponer normas con credibilidad. Lo ideal es buscar el punto medio entre ser excesivamente autoritario o demasiado permisivo. El equilibro se encuentra cuando los padres se muestran cariñosos cuando pueden serlo y firmes cuando deben. Para llegar a este punto es importante que haya respeto entre ambas partes y tener bien establecidas las reglas de convivencia.

La importancia de las normas en los niños:
·         Establecer normas proporciona sensación de seguridad a los niños. Saber lo que pueden o no pueden hacer y qué límites no pueden sobrepasar les da tranquilidad a la hora de actuar. Establecer unas rutinas en casa también les da la certeza de que van a ser atendidos cuando lo necesiten y de que sus necesidades van a ser cubiertas.
·         Si desde pequeño se le dan unas pautas de comportamiento, a medida que vaya creciendo sabrá discernir entre lo que está bien y lo que está mal y será más fácil que se aleje de malas conductas. También le ayudará a crear su propia escala de valores en la que decidirá lo que es válido y lo que no el resto de su vida.
·         Establecer unas normas dentro de casa también hará que las cumpla fuera adaptándose así a la vida en sociedad. Unos límites claros ayudarán a los más pequeños a adaptarse a nuevas situaciones como empezar en la guardería o el colegio, conocer a otros niños, ir al médico, comportarse en el restaurante…
·         Ayudan a una convivencia basada en el respeto y la tolerancia hacia sí mismo y los demás. Aprenderán a portarse bien y a ser mejor personas.
·         Establecer lo que no puede hacer y que lo asuma le ayudará a asimilar el sentimiento de frustración cuando a lo largo de su vida no siempre le salgan las cosas como desearía.
Cómo deben ser las normas:
·         La educación de los niños lleva su tiempo, y por mucho que establezcamos normas y limites su comportamiento no va a ser perfecto de un día para otro. No hay que ser excesivamente estricto ni humillar al pequeño si al principio no nos hace caso. La labor es ir guiándoles poco a poco hasta que sepan diferenciar ellos solos lo que se debe y lo que no se debe hacer, pero siempre en un clima de confianza, respeto y diálogo.

Las normas o límites deben seguir una serie de pautas:

·         Deben ser coherentes y justas, basadas en las necesidades del niño.
·         Hay que adaptar los límites a la edad del pequeño y establecer unas pautas que pueda entender. Normas simples, concisas y sencillas.
·         Es importante dejarle experimentar un poco y darle la oportunidad de elegir a veces. No hay que imponerse ante todo.
·         El comportamiento de los padres marcará el de los hijos. No puede haber contradicciones.
·         Las normas deben ir en positivo y no siempre estar diciendo a todo que no.
·         Es necesario controlar el genio y jamás humillarle o ridiculizarle.
·         Las normas y límites deben estar claros, al igual que las consecuencias de no cumplirlas.
·         La autoridad debe ser firme y hay que recordar que la labor de los padres es enseñarles y educarles, no ser sus amigos.

·         Al igual que hay castigo ante una mala conducta, siempre se debería recompensar los logros y el respeto de los límites.














DISCIPLINA POSITIVA
El objetivo de este tipo de educación es que los niños entiendan las normas que les aportarán seguridad. No se debe entender esta disciplina como una imposición de estas normas, sino como un medio por el cual el niño se desarrolle de manera sana y feliz y como algo que les enseñe el camino para ser responsable de sus actos y que toda acción tiene una consecuencia. Que además les sirva para aprender la manera adecuada para saber comportarse y actuar en cada situación.
De este modo, con la disciplina positiva se busca favorecer la maduración de los niños para que en un futuro sean responsables, autónomos y felices.
Técnicas para educar a los hijos con disciplina positiva
Para educar desde este modelo hay que recordar que se debe evitar la utilización de castigos físicos y verbales y alejarnos de la imposición de normas y pautas. Ya que el niño debe aprender y no obedecer. Algunas técnicas de disciplina positiva son las siguientes:
Elogia lo que te gusta. Pondera, cuenta y revive aquellos momentos en los que el niño se porta bien. Son una forma de reforzar las conductas que se quieren repetir.
Dar rutinas. Establecer normas habituales evitará conductas no deseadas. Si, por ejemplo, el niño sabe que después de jugar debe recoger, le hace entender que si un día no guarda los juguetes estará actuando mal y esto tendrá consecuencias que no le gustan y que deberá asumir. Por lo que, tratará de hacerlo bien.
Control del adulto. El mal comportamiento se puede describir como una llamada de atención “mal realizada”. El niño entiende que le dedicas más tiempo cuando adopta posturas de este tipo. No prestes atención cuando el pequeño se comporte de una manera inaceptable, en lugar de discutir con él. Así aprenderá que hay mejores maneras de comunicarse. Hay veces que se da una situación tensa y sabes que lo que ha hecho está muy mal. Es difícil mantenerte tranquilo, pero hay que pensar que no se debe hacer delante del niño aquello que no queremos que ellos hagan después. Prueba a dejar el lugar donde está tu pequeño o intenta hacer ejercicios de relajación. Espera a haberte calmado y vuelve a entrar
Preguntar en vez de ordenar. Así nos aseguramos que el niño conoce la respuesta y le damos la libertad de hacer las cosas o no sabiendo las consecuencias de sus actos. De este modo el niño aprende a comportarse y no a obedecer ciegamente. Por ejemplo, ¿Qué toca hacer ahora? Y dejar que el niño responda.
Avisar con antelación. Antes de que acabe la actividad que está realizando ir diciéndole y recordándole que es lo que viene para que no le pille de sopetón.
Dar opciones de comportamiento. Dar a elegir el orden en el que quieren hacer las tareas que deben realizar. Por ejemplo, ¿Prefieres ducharte antes o después de cenar?
Tabla de recompensas. Establecer límites y reglas claros de manera escrita puede hacer que el niño vea de manera clara que se refuerzan una cantidad de acciones bien realizadas.
El ejemplo de los padres. Es la mejor técnica de disciplina positiva. Los niños imitan todas las conductas que les llaman la atención si no existen otras alternativas por lo que los padres han de actuar con coherencia para servir de modelo a los pequeños.



EL JUEGO EN FAMILIA 
La familia es el elemento que acompaña al niño durante toda la vida. Los padres facilitan a sus hijos la educación, la crianza y el aprendizaje desde que están muy pequeños; son los mediadores y el ejemplo para seguir. Y en el juego pasa igual. Son los adultos quienes deben proveer los elementos necesarios para que el niño explore, se divierta y se relacione.
En conclusión, no existe nada mejor que jugar en familia; además, no existen límites. Desde que los niños nacen, los padres pueden hablarles, acariciarlos, contarles un cuento y llevarlos a establecer contacto con el mundo que los rodea.
Más grandes, padres e hijos pueden lanzar un balón, ir al parque, cantar o bailar. Luego, montar en patines, bicicleta, y tantas ideas como lo permita la imaginación, sin indicaciones ni reglamento establecido, lo importante es que se compenetren, compartan tiempo junto y se diviertan. Pero el principal beneficio del juego en familia es que se fortalece el vínculo existente y que a través de él se posibilita un aprendizaje sano, dinámico y enriquecedor.
Ahora, lo importante es que ese tiempo compartido sea de calidad, pues los padres no solo brindan a sus niños momentos de placer, sino que les transmiten conocimientos como los relacionados con las formas, los colores, el tamaño, la posición, el tiempo, la cantidad, el lenguaje y el esquema corporal, entre otros valiosos aprendizajes.
Los padres, entonces, son los que proveen las situaciones y los elementos que van a estimular y a afianzar todos los conocimientos básicos del niño sobre la percepción y los conceptos.
Al respecto, la psicóloga clínica Cecilia Zuleta, especialista en desarrollo y crianza, señala que detrás del juego hay una intención de comunicación y de vínculo con mamá y papá, quienes les dan significado a las sensaciones del pequeño. Según ella, a la hora de escoger los juegos hay que tener en cuenta los gustos, necesidades y habilidades del niño en cada etapa de su evolución.
Se encaminan las emociones
Los padres también son los encargados de fomentar la madurez emocional, puesto que orientan a sus hijos y los ayudan a sobrellevar las emociones de la frustración, la competencia, las derrotas y las victorias. El juego en familia también estimula la creatividad, el pensamiento y la capacidad de espera.
En este sentido, es fundamental promover el esfuerzo de los niños por ganar las cosas, así como el hecho de conocer sus fortalezas y debilidades, pues de esta manera aprenden a reconocer para qué son buenos y en qué casos deben luchar más por alcanzar una meta y lograr los objetivos.
Con el juego familiar también se refuerzan y asimilan mejor conceptos como la noción de cantidad, espacialidad y temporalidad. Así mismo, los colores, los tamaños y las formas.
Por edades y a la medida
La idea no es imponer, sino respetar el proceso de desarrollo del niño. Por ejemplo, en los primeros meses no se debe jugar bruscamente, sino hacerle masajes, cantarle, hablarle. El juego se inicia, incluso, desde que los niños nacen, y se involucran gestos, caricias, palabras y movimientos.
Después, al crecer, aparece otro tipo de habilidades físicas y cognitivas en el infante que dan la pauta para la puesta en marcha de diferentes actividades lúdicas.
En los primeros años, es posible distinguir los gustos. Por ejemplo, hay unos pequeños a los que les gusta más leer, otros se enfocan en el arte y hay algunos que prefieren los juegos de mesa.
Cuando ya pueden moverse solos, no hay que pensar mucho. Los juegos pueden ser muy sencillos, los cotidianos. Cocinar, saltar, correr, jugar a las escondidas, tirarse al piso y salir al parque del barrio. Además están las adivinanzas, los túneles caseros, los títeres, los trabalenguas, etc.
Ahora, en el día a día también se presentan espacios que permitirán jugar, como el momento de la comida, la hora del baño, la hora de vestirse, antes de dormir, obviamente, sin dejar a un lado el objetivo del momento, pero se puede hacer una antesala o inventar un juego o contar un chiste después de cada hábito.
“En esos momentos especiales con los niños, se les debe permitir que piensen, ejecuten y hagan cosas cotidianas. Ellos necesitan que los toquen, ‘patanear’ y tener actividades especiales”, indica Zuleta.
Para el adulto, además, es una oportunidad de volverse un niño de nuevo. De crear, imaginar, inventar, representar personajes. Puede ser una muy buena experiencia para desinhibirse, conocerse más y conocer a su hijo.
El juguete es lo de menos
Para jugar con los hijos no es necesario tener los juguetes más sofisticados del mercado ni los que están de moda. Lo importante es que el uso del juguete cuente con la instrucción del adulto y que deje en el pequeño una enseñanza, ya sea operativa o de valores. También los espacios juegan un papel importante en el ejercicio lúdico: el patio de la casa puede ser un lugar espectacular para acampar; la sala, el espacio ideal para una obra de teatro, y unas simples cajas de cartón, la ventana a la imaginación, de donde nacen autos, barcos o míticos castillos. Las posibilidades no tienen límites, todo está en el ingenio para guiar a su hijo a que disfrute del juego y de la compañía familiar.
Integrarse y socializar
Cuando se juegue en familia, es aconsejable y dinámico cambiar de equipo; es decir, no jugar siempre con los mismos miembros para apoyar la socialización y la integración.
• A partir de los 2 años, una opción es hacer grupos de niños, según sus intereses, lo que tengan en común, para que compartan sus conocimientos y gustos.
•  Más grandes, alrededor de los 3 y 4 años, ya se pueden hacer dinámicas lúdicas en el parque, o que se acerquen a las actividades deportivas para que los niños empiecen a experimentar este tipo de juegos.
•  El adulto siempre debe promover un liderazgo sano: respetar y mantener las reglas, no pensar siempre en ganar y sobrepasar a los demás, fomentar el respeto y el compañerismo, entre otros aspectos. Debe recordar que es el ejemplo a seguir.

http://www.elclubdeloslibrosperdidos.org/2017/12/cria-ninos-sin-limites-y-te-sacaran-los.html 

LIMPIARME SOLITO EN EL BAÑO




El entrenamiento para ir al baño es un proceso por el cual atraviesa cada niño, cada madre y padre. Muchos padres piensan que este proceso será muy largo y difícil. Sin embargo se pueden reducir las dificultades si los padres esperan hasta que sus niños estén listos para aprender, y si los entrenan de manera, consistente, lógica, y casual. La habilidad para aprender a ir al baño, no ocurre automáticamente cuando los niños cumplen cierta edad. Más bien, sobre el curso de varios meses, los niños se preparan física y emocionalmente para enfrentar este obstáculo. Cuando Comenzar el Entrenamiento para el Baño. Los padres deben de considerar varias cosas antes de decidir cuál es el momento apropiado para comenzar en entrenamiento:
*La edad del niño: La mayoría de los niños dan indicios de estar preparados para este entrenamiento entre los 24 y 30 meses de edad. El momento apropiado para que el niño pueda ser entrenado depende de él, y la edad durante la cual se le puede enseñar varía de acuerdo al niño. Generalmente, a los 30 meses de edad, los niños dan muestras de estar listos para aprender. Antes de los 24 meses de edad, la mayoría de los niños no tienen la capacidad física para controlar las evacuaciones intestinales, ni la orina.
*El niño: Es importante que los padres permitan que el niño tome la iniciativa durante este proceso. Si el niño muestra interés en aprender a ir al baño por sí mismo, los padres deberían comenzar el entrenamiento. Si el niño se resiste, sería mejor esperar. Es imposible forzar a un niño a que aprenda a ir al baño por sí mismo.
*Tensiones: No es bueno comenzar el entrenamiento para ir al baño cuando hay tensión en la familia (ej. nacimiento de un nuevo bebé, cambio de casa, de niñera, etc.). En estas circunstancias, es mejor esperar hasta que todo se haya calmado, para evitar frustración y desilusiones.
¿Cuánto Tiempo Durará?
Recuerde que cada niño es diferente. Algunos niños están listos antes que otros. Hay niños que una vez que empiezan, pronto aprenden, y hay otros que toman más tiempo. Para la mayoría, el control de las evacuaciones intestinales sucede primero, seguido por el control de la orina. Control de la orina por la noche se logra en muchos casos al final del entrenamiento, y hay veces que no se logra hasta después de que el niño ha aprendido a controlar su orina durante el día. No es raro que niños de 4 a 5 años de edad se orinen ocasionalmente en la cama.
Las Señales de Preparación
La mayoría de los niños dan indicios de estar listos para aprender a ir al baño sin ayuda. Estos indicios generalmente aparecen como a los 18 meses, y son más comunes entre los 24 y 30 meses de edad.
La Preparación Física
Indica que el cuerpo del niño es capaz de controlar las funciones de evacuación y orina.
*El niño permanece seco: Un indicio de que el niño está listo para aprender es que se mantiene seco por un par de horas. Por ejemplo, el pañal permanece seco después de haber dormido durante el día, cuando despierta por la mañana, etc.
*El niño orina más cada vez: En lugar de orinar solo un poco en el pañal, un niño que está listo para aprender a ir al baño sin ayuda, orina cada vez más.
*La urgencia de ir al baño es más frecuente: Los padres notarán que a cierta hora del día, los niños quieren ir al baño, por ejemplo: después de comer, o después de haber dormido durante el día.
*El niño indica la necesidad de ir al baño: Los niños a menudo indican que necesitan orinar o hacer del baño. Por ejemplo, hacen gestos, se les pone roja la cara, hacen gruñidos u otros sonidos, o pueden dejar de hacer lo que están haciendo. Algunos niños hasta pueden retirarse a un lugar privado.
Estas señales indican a menudo que los niños están conscientes de la necesidad de orinar o ir al baño.

La Preparación Emocional
Estas son indicaciones de que los niños están listos emocionalmente para aprender a ir al baño sin ayuda.
*El niño pide que le cambien el pañal. Muchos niños se sienten incómodos cuando sus pañales están mojados o sucios y piden que se los cambien.
*El niño pide que le pongan calzoncillos en lugar de pañales. Muchos niños expresan el deseo de ponerse calzoncillos de "niño o niña grande", en lugar de ponerse pañales.
*El niño busca un lugar privado cuando necesita ir al baño. Muchos niños quieren estar solos cuando orinan o evacúan. Esto indica que el niño puede aguantarse un poco la urgencia de ir al baño.
La Preparación General
Aquí hay otras cosas importantes que el niño debe poder hacer antes de que se comience el entrenamiento:
*Seguir instrucciones simples: El niño debe ser capaz de entender y obedecer direcciones simples. Él o ella debe estar dispuesto(a) a cooperar con las indicaciones de los padres.
*Poder ponerse y quitarse el pantalón. El niño debe ser capaz de quitarse la ropa. Es práctico que los padres le compren ropa que se puede quitar y poner fácilmente.
*Entender la idea de usar el inodoro El niño debe ser capaz de entender pare qué es y la importancia de saber usarlo.
*Entender la relación entre orinar y evacuar en el inodoro y mantener pañales limpios. El niño debe ser capaz de entender que si usa el inodoro, su pañal estará limpio y seco.
*Entender el lenguaje de ir al baño. El niño debe ser capaz de entender el lenguaje que se utiliza para entrenarlo a ir al baño. No importa lo que los padres le llamen a ir al baño ( ej. pipí, popó, etc.). Lo importante es que los términos que usen sean consistentes. Por ejemplo, si los padres se refieren al orinar a "hacer pipí", deben usar esta frase todo el tiempo. Y todos en la casa deberían usar la misma expresión.
*Querer complacer a otros (a los padres). Es común que los niños pasen por un periodo negativo como a los 2 años. Durante este tiempo, muchos niños expresan un gran deseo de independizarse. Muchas veces se niegan a cooperar solo para ver las consecuencias. Este comportamiento negativo puede hacer que el entrenamiento se convierta en una batalla entre padres e hijos. Es por esto que los padres deberían esperar hasta que los niños hayan pasado por esta etapa antes de comenzar el entrenamiento. Después de este período, los niños comienzan a calmarse un poco y a estar más dispuestos a cooperar. Es común que los niños, después de haber pasado por esta etapa, estén más interesados en complacer a sus padres que en establecer su independencia. Recuerde, cada niño pasa por esta etapa a diferente edad.
*Tener la habilidad de decirle a otros que necesita ir al baño. El niño debe ser capaz de hacerle saber a los padres o a alguien más, por medio de acciones o palabras que necesita ir al baño.
*Poder sentarse quieto por un corto tiempo. Es necesario que los niños que estén aprendiendo a ir al baño puedan sentarse quietos.